La otitis, que es la inflamación del oído, puede ser una afección dolorosa y molesta para los perros, pero generalmente no es una enfermedad que ponga en peligro directamente la vida del perro. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, la otitis puede empeorar y llevar a complicaciones más graves, como infecciones secundarias o daño permanente en el oído.
Es importante buscar atención veterinaria tan pronto como se observen signos de otitis en un perro, como sacudidas frecuentes de cabeza, rascado excesivo de las orejas o mal olor. El veterinario podrá diagnosticar la causa subyacente y proporcionar el tratamiento adecuado para prevenir complicaciones y aliviar el malestar del perro.