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Las primeras impresiones son siempre las más importantes, esto es así incluso entre los perros. Un primer encuentro tenso o invasivo puede condicionar para siempre la convivencia entre los perros que lo experimenten.
Es un error llegar de la nada con un nuevo perro al hogar, ésta acción desencadenará varias cosas y ninguna de ellas será buena.
Ante la alegría de la familia por el nuevo miembro de la familia, el perro veterano puede sentir celos. Verá al nuevo perro como un usurpador que se lleva todos los mimos y el cariño de su familia mientras él queda relegado a un segundo plano. Éstos celos no van a reflejarse con ningún mal gesto hacia los humanos, pero puede generar violencia hacia el perro nuevo.
Los perros son territoriales y tienen un fuerte instinto de manada. La aparición repentina de un perro extraño en su hogar, su territorio, que además puede añadir disputas por recursos como el comedero, la cama o los juguetes, no va a ser bien recibida. El perro veterano percibirá al nuevo perro como un intruso y responderá de forma agresiva para expulsarlo de su territorio y alejarlo de su familia.
¿Cómo hacer que dos perros se lleven bien?
Lo ideal es que el primer encuentro entre ambos sea en un lugar neutro, lejos del hogar y evitando las rutas por donde suele pasear el perro veterano. Se debe empezar con un paseo tranquilo, con ambos perros atados y caminando en paralelo.
Ambos perros deben sentir que estás tranquilo, de ese modo les será más fácil permanecer relajados. La ruta desconocida y los olores novedosos los mantendrán entretenidos y no se centrarán demasiado el uno en el otro. No hay que forzar la interacción, se debe dejar que ellos decidan cuándo y cómo relacionarse. En el caso de que uno de ellos inicie un acercamiento, se tiene que prestar atención a cómo reacciona el otro. En caso de que se tense, se evitará el acercamiento y se le dará espacio. El espacio es importante para evitar que los perros se estresen, que se puedan separar el uno del otro si lo necesitan.
Deben repetirse estos paseos, largos y relajados, y usar el refuerzo positivo ante la calma y la paciencia de los perros, en forma de mimos y halagos. Evitar las caricias rápidas que pueden exaltar a los perros, la calma es la clave.
Cuando percibas que los dos perros se llevan bien, dirige el paseo a una zona donde puedas soltarlos sin riesgo de fuga y observa cómo interactúan sin estar sujetos. Si hay algún signo de agresión, volveremos a las correas y a los paseos en paralelo, si no los hay podremos ir con ambos a casa. Es importante que ambos perros lleguen al hogar al mismo tiempo y evitar dejarlos solos durante el primer mes de acondicionamiento para evitar conflictos sin estar supervisados.
¿Pueden convivir dos perros hembras?
Todos los perros, al igual que las personas, tienen carácteres distintos y pueden “caerse” mejor o peor entre ellos sin que dependa del género del perro. Es cierto que hay ciertas razas que, por factores hormonales, son más propensas a la agresividad ante otros perros sobretodo si éstos tienen menor tamaño, y que con el celo las hembras tienen más cambios hormonales, pero éste condicionante es solo temporal y, si se sigue el mismo método de presentación antes descrito, no debería haber ningún conflicto extra por que se trate de dos hembras.
En cualquier caso, y siendo los perros de cualquier género, en el caso de aparecer signos de agresión durante la convivencia en el hogar por recursos, se recomienda hablar con un adiestrador para ponerle solución cuanto antes.
¿Cómo presentar un cachorro a un perro adulto?
Aunque se tiene que seguir exactamente el mismo proceso, el hecho de ser perros con tanta diferencia de edad puede traer complicaciones extras. El perro adulto puede tener ciertos achaques o sentirse cansado con más rapidez y podría reaccionar mal al afrontar la energía interminable de un cachorro.
Debe premiarse tanto la paciencia del perro mayor como la calma del cachorro. De nuevo les transmitiremos calma para que ellos puedan relajarse y le daremos el espacio que necesite el perro mayor para que no se sienta abrumado.
Si el cachorro es muy joven y aún no ha sido socializado no sabrá entender todo el lenguaje canino y no respetará los límites, así que será nuestra responsabilidad y tarea ayudar a ambos a superar este aprendizaje de forma que el cachorro adquiera las habilidades sociales perrunas que necesita para poder llevarse bien con otros perros y al mismo tiempo que cachorro y veterano congenien bien para poder convivir en el hogar.
