Cómo limpiar las orejas de mi perro

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Las orejas de los perros son una de sus partes más sensibles y vulnerables a infecciones si no se cuidan y se mantiene una correcta higiene de forma periódica. Ésto no quiere decir que debamos limpiarle los oídos a nuestro amigo peludo diariamente, ya que incluso ese cerumen de color oscuro tiene su función, pero si que debemos evitar que se acumule mucha cantidad y que pueda filtrarse al interior del oído otro tipo de suciedad como pelos o tierra.

Siempre que el perro no presente dolor, no rehúya el contacto ni se queje cuando se le manipule la oreja, podemos limpiarle la zona nosotros mismo en nuestro hogar.

Para ello debemos evitar utilizar materiales que puedan dejar restos en el interior del oído, como el algodón, ya que eso produciría más mal que bien y podríamos provocarle una infección a nuestro perro.

Lo ideal es utilizar un paño que no suelte fibras o una gasa, humedecidas con suero fisiológico o un producto específico para la limpieza de los oídos de los perros. Éste último puede variar según el tamaño del perro por las proporciones de sus componentes, ante la duda es recomendable consultar a un veterinario antes de utilizar el producto.

Con delicadeza, tomaremos la oreja de nuestro perro y eliminaremos los pelos sueltos que puedan haberse acumulado en su oído utilizando solo los dedos. Nunca introduzcas una pinza ni ninguna otra herramienta punzante en su oído para evitar producirle heridas. Recuerda que no es necesario que arranques pelos, solo retira los que ya estén sueltos.

Tras esto, utilizaremos la gasa o paño humedecidos para masajear con suavidad el oído y deslizar hacia el exterior, arrastrando el cerúmen sin frotar ni apretar. En algunos casos será necesario utilizar algún producto extra, aplicado directamente en el oído, para ablandar la cera antes de pasar la gasa. Sigue las instrucciones del producto o del veterinario.

Cambia las veces que sea necesario de gasa o de paño cuando haya mucha cera y nunca utilices la misma para ambos oídos, ya que si uno de ellos tiene una infección la pasarás al otro oído.

Una vez terminemos de limpiar las orejas, pasando la gasa o paño con delicadeza por todos los pliegues exteriores, nos aseguraremos de secar bien ambas orejas para evitar que la humedad provoque una otitis o una infección.

Remedio casero para limpiar las orejas de mi perro.

En el caso de que, de forma puntual, no podamos echar mano del producto que usemos habitualmente para limpiar las orejas de nuestro perro podemos utilizar un remedio casero que es muy eficaz: el vinagre de manzana.

El vinagre de manzana es un limpiador natural que elimina tanto bacterias como parásitos. Deberemos mezclarlo a partes iguales con agua y utilizarlo para humedecer el paño o gasa que usemos en la limpieza.

Jamás debemos utilizar productos abrasivos como alcohol o agua oxigenada, con ellos dañaremos el oído y puede traerle mucho dolor y problemas auditivos a nuestro perrete.

Cada cuánto limpiar las orejas de mi perro

Mantener la higiene es importante pero no es algo que deba hacerse diariamente. Va a depender mucho tanto del lugar donde vive el perro, en un piso o en el campo, como del tipo de orejas que tenga.

Los perros de orejas caídas o pelo largo necesitan una limpieza más a menudo, al igual que los perros que vivan en entornos rurales. Lo normal es que sea necesaria una limpieza cada dos semanas, o cada semana como mucho. Solo se hará más a menudo si sigue un tratamiento y siempre según las pautas del veterinario.

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